Super-trágico: Una confusa conversación entre el medio gangoso Carrizo y el medio ceceoso Pochi Chávez terminó en gol en contra del arquero, una chilena en el aire de Monzón, River cerca de la promoción y Almeyda puteando a la hinchada de Boca.

Confuso. Chávez decía algo difícil de comprender, Carrizo contestaba con una papa en la boca, Monzón la dejaba pasar y después festejaba con una pirueta aérea.

"El Fútbol Argentino está todo mal", dice, taxativo, Matias Almeyda, indiscutido referente e ídolo de River Plate. "No puede ser éste nivel en los arbitrajes, y no puede ser que yo vuelva después de años de jugar el Showbol y de fumarme un atadito de puchos por día, y siga siendo crack", agrega. El domingo pasado, en La Bombonera, Boca y River disputaron el siempre esperado Superclásico, y el equipo Xeneize se impuso por 2-0 sin haber hecho mucho desde lo futbolístico para merecerlo. Pero, qué duda cabe, los goles no se merecen señores, se hacen. Y mucho más en un partido de éstas características. Cuando El Millo jugaba mejor y parecía ir encontrando el camino para hacerse con el triunfo, llegó la tragedia a la cancha de Boca. Como un paso de comedia del destino, el partido cruzó en un tiro de esquina al medio ceceoso Pochi Chávez y al medio gangoso Carrizo. Entre empujones y balbuceos casi inentendibles, el mediocampista de Boca y de la Selección Nacional de Mentirita incomodó al arquero de River y de la Selección Nacional Posta, y tras el envío al área de Mouche y el excelente amague de Fabían Monzón que la dejó pasar, el guardameta terminó metiendo la pelota en contra de su propio arco para el 1-0 de Los Bosteros. Después, en pocos minutos, Martín Palermo escribiría el final de su cinematográfica carrera convirtiendo el 2-0 tras un cabezaso marca registrada que liquidó el encuentro. Y recién hoy, luego de un grandísimo esfuerzo de producción, se pudo dilucidar que fué exactamente lo que ocurrió en ese fatídico corner. "Guarda que te empujo cuando zaltaz, puto, guarda", le habría dicho, según se pudo rescatar de las grabaciones, El Pochi Chávez a JP Carrizo. "Salí de acá, no me molestes, salí...guarda que viene la pelotaaaa", habría sido la semi-gangosa respuesta del mejor arquero del fútbol argentino. Luego, el apocalípsis. Auto-gol desmoralizador para River que nunca se pudo recuperar. El equipo de J.J. López quedaba muy cerca de la zona de promoción, se convertía en el hazmereir del pueblo bostero y Matías Almeyda se retiraba expulsado de la cancha besándose la camiseta frente a la hinchada de Boca al grito de "¡Putos!". Aplauso cerrado para el ídolo riverplatense, acusación de "vendehumo" de unos, reivindicación de otros, Alejandro Fantino diciendolé al 5 de River, tras sus declaraciones, que "cuando te meten la mano si es con cariño está bueno" y hecatombe nacional. ¿Se viene el fin del mundo para River? ¿Boca ahora pelea el campeonato? ¿Riquelme jugó? La polémica ya está instalada y llegó para quedarse hasta el lunes, cuando seguramente ocurra algo más polémico.